Recuerdo muy bien aquel día que empezó todo por primera vez. Nos tocaba un paseo de la escuela en busca de playa hacia la costa. Iba con toda mi familia y me sentía feliz, pero muy feliz. Tenía siete años de edad Llegamos a Atacames de Esmeraldas. Naturalmente yo soy de San francisco de Imbabura de Ecuador.
La playa era muy hermosa cuando me dirigí a zambullirme en el mar por primera vez. Sentí que todo me daba vueltas y me caí de nalgas. Fue un día increíble. Jugamos con los compañeros de la escuela y fuimos a visitar en lancha varias cuevas que estaban cerca en el camino. Recuerdo que se nos apago el motor de la lancha y todos aterrados y nos dieron chalecos salvavidas y yo quería tirarme de la lancha sin pensando dos veces y me dijeron que habían tiburones. Como era mi primera vez lo creí y me puse llorar. Después comenzó a llenarse la lancha de agua y los padres de familia que estaban ahí la sacaban, tratando mejor dicho intentaban sacarla con las manos. Todos hacíamos eso por el miedo a que se vire y que sea el final de algunos. Después de unos minuto escuche un ¡ruunnthh!, y no se que me dio, me grite de alegría y llegamos al destino. Conocimos la cueva del amor entre otras Nunca lo olvidare.
Por la tarde mi padre, decidió visitar a un hermano de mi mami. Ya que estamos en esmeraldas. Me toco despedirme de todos mis amigos y compañeros. Me sentía un poco triste por que no sabia si esa despedida iba a durar para siempre o cuando los volviera a ver. Adiós, cuídense, les dije con los ojos entre mojados de lagrimas. Hasta que los vuelva a ver. Saquemos la última foto, me dijeron. Como recuerdo que bien. Los abrase a todos y nos tiramos a la aventura.
Con mi familia llegamos de noche al centro de Esmeraldas. Besos y abrazos. Por donde salían tus hijos. ¡Están grandes! exclamo mi tío. Si han crecido rápidamente dijo mi madre. Yo estoy súper cansado, dije yo y lo único que pensaba era en una cama. Mi tío me presto la cama de un primo y me acosté a dormir.
El día después era el 25 de febrero y yo estaba cumpliendo ocho años pero pensé que nadie lo recordaba. Pero cuando me dirigía a desayudar escuché un feliz cumpleaños. Eran todos mis hermanos con mis tíos y mis padres dando un feliz cumpleaños. Rápidamente cambio lo que estaba pensando, todos se acordaban de la fecha de mi cumpleaños. Nuevamente fuimos a la playa. Fue un día increíble.
Ya tenía 6 meses viviendo en esmeraldas con mis hermanos porque mi padre decidió así. No podíamos hacer ni decidir nada por que todos éramos muy pequeños y con la ayuda de mis tíos llegaron a alquilar una casa. Lo malo fue que estábamos sin nada, todo lo nuestro estaba el los bancos un cantón vía a quito y la dueña de la casa había cogido todo como pago de los meses que habíamos pasado fuera. Lo único que pudimos recuperar fueron las libretas escolares y barios títulos de colegio de mi madre. Después de haber tenido todo nos toco iniciar desde cero.
Ya estaba en 4to grado en mi primer día de clases me sentí un poco confundido de ver caras nuevas, profesores nuevos pero después de un tiempo me di cuenta que ya tenía muchos y ellos me pusieron de apodo el serrano, a todos mis hermanos los empezaron a decir así. Me acostumbraba a la comida y para ser sincero no me gustaba mucho el marisco o el calor, pero mientras más pasaba el tiempo me iba adaptando y me empezaba a gustar de todo.
Andres Quiñonez
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